
Somos más fuertes que todas las fuerzas armadas de todas las naciones juntas. Si nosotros no queremos que la fuerza bruta de las armas nos domine, no podrá dominarnos.
Con las armas pueden matarnos, pero morir de hambre es más dolor y nosotros sabemos lo que es morir por hambre! No podrán matarnos.
Predicar la resignación es predicar la esclavitud. Es necesario, en cambio, predicar la libertad y la justicia.
¡Es el amor el único camino por el que la religión podrá llegar a ver el día de los pueblos!
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